jueves, 6 de julio de 2017

Amanecer (orto)


Respecto a un observador, un astro está en el orto cuando atraviesa el plano del horizonte y pasa al hemisferio visible, —cuando "amanece"—. Es decir, cuando su altura astronómica es cero pasando de negativa a positiva. Si el disco del astro es apreciable —casos del Sol y de la Luna— el orto se produce cuando su limbo superior toca el horizonte. En el caso del Sol esto sucede en el amanecer, estando su centro a 90º 50' del cenit: a los 16' del radio solar, hay que añadirle 34' debido a la refracción atmosférica, resultando esos 50' más. Cuando se "ve" el limbo solar rasante con el horizonte, realmente, según se ha demostrado muchas veces, aún se encuentra 34' por debajo de él.


Un caso particular de orto es el orto helíaco. El de Sirius en particular tuvo una especial significación por su relación con el establecimiento del primer calendario solar, el calendario egipcio, del cual somos herederos. Las estrellas circumpolares no tienen orto ni ocaso.




Origen del término


El origen del término se debe a que, cuando un astro asoma en el horizonte, parece ascender en ángulo "recto" con él (la trayectoria del astro y la línea del horizonte son "ortogonales "). "Orto" y "salida" son sinónimos. El antónimo de orto es ocaso.


Variaciones según la época del año


Con el transcurso del año el Sol va cambiando el lugar por donde sale y el lugar por donde se pone. En primavera y verano para el hemisferio norte sale entre el Este y el Norte (declinación positiva); en otoño e invierno sale entre el Este y el Sur (declinación negativa). Simultáneamente, en el hemisferio sur se da el fenómeno inverso: en otoño e invierno sale entre el Este y el Norte, mientras que en primavera y verano sale entre el Este y el Sur.



Ilusiones ópticas y otros fenómenos



  • La refracción de la luz provocada por la atmósfera terrestre motiva que se vea luz
    cuando el Sol aún está bajo la línea del horizonte: aurora, alba o crepúsculo matutino. De manera similar, la refracción atmosférica alarga la duración del día.
  • El Sol aparenta movimiento al salir sobre el horizonte y dar la vuelta a la Tierra hasta desaparecer en el ocaso, cuando la realidad es que el Sol permanece fijo y es la Tierra la que rota sobre su propio eje, provocando en el espectador (que rota junto con la Tierra) el aparente "movimiento solar".
  • Algunas veces, justo antes del amanecer o después de la puesta del Sol, se puede ver por uno o dos segundos un punto o rayo de luz verde en el horizonte, fenómeno conocido como destello verde. Esto se debe a la refracción de la luz provocado por la atmósfera terrestre, que hace que la luz de alta frecuencia proveniente del Sol (verde/azul) sea más visible que la de baja frecuencia (rojo/anaranjado).
  • A veces ocurren amaneceres o puestas de Sol falsos, un efecto óptico conocido como parhelio, en que se puede ver el Sol en el cielo después del ocaso, o antes de que amanezca. La razón se debe a cristales de hielo presentes en la atmósfera, que reflejan la luz proveniente del Sol, creando una imagen muy similar en tamaño y colores al Sol de "verdad". Este efecto puede ser visible en todo el mundo en cualquier época del año, aunque es más brillante y obvio cerca de los polos. El parhelio también ocurre con el Sol a la vista, creando la ilusión de que hay dos o hasta tres soles en el cielo, normalmente uno a cada lado del Sol real. El parhelio suele aparecer acompañado del halo, otro efecto óptico generado por los cristales de hielo atmosféricos, que crean un círculo de luz alrededor del Sol.

Eclipse

El eclipse (del griego Έκλειψις, Ekleipsis, que quiere decir ‘desaparición’, ‘abandono’) es un fenómeno en el que la luz procedente de un cuerpo celeste es bloqueada por otro, normalmente llamado cuerpo eclipsante. Existen eclipses del Sol y de la Luna, que ocurren solamente cuando el Sol y la Luna se alinean con la Tierra de una manera determinada. Esto sucede durante algunas lunas nuevas y lunas llenas.

Sin embargo, también pueden ocurrir eclipses fuera del sistema Tierra-Luna. Por ejemplo, cuando la sombra de un satélite se proyecta sobre la superficie de un planeta, cuando un satélite pasa por la sombra de un planeta o cuando un satélite proyecta su sombra sobre otro satélite.

Un eclipse, al igual que los tránsitos y las ocultaciones, es un tipo de sizigia.


En el Sistema Solar

Eclipse lunar: La Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, oscureciendo a esta última. La Luna entra en la zona de sombra de la Tierra. Esto solo puede ocurrir en luna llena. Los eclipses lunares se dividen a su vez en totales, parciales y penumbrales, dependiendo de si la Luna pasa en su totalidad o en parte por el cono de sombra proyectado por la Tierra, o si únicamente lo hace por la zona de penumbra.Los eclipses del sistema Tierra-Luna solo pueden ocurrir cuando el Sol, la Tierra y la Luna se encuentran alineados. Estos eclipses se dividen en dos grupos:

Eclipse solar: La Luna oscurece al Sol, interponiéndose entre él y la Tierra. Esto solo puede pasar en luna nueva. Los eclipses solares se dividen a su vez en totales, parciales y anulares.

Para que ocurra esta alineación, es imprescindible que la Luna se encuentre en fase llena o nueva. Así y todo, como el plano de traslación de la Luna alrededor de la Tierra está inclinado unos 5° respecto a la eclíptica, no siempre que hay luna llena o luna nueva se produce un eclipse. A veces la Luna pasa por encima o debajo de la sombra terrestre, por lo que no se produce eclipse lunar, mientras que al encontrarse en el punto opuesto de la órbita, la sombra que proyecta pasa por encima o debajo de la Tierra. Con todo, cuando la luna llena o nueva ocurre suficientemente cerca del nodo —es decir, cerca de la intersección del plano de translación de la luna con la eclíptica—, se produce un eclipse solar o lunar, respectivamente.

Predicción de los eclipses

Los eclipses pueden predecirse de dos formas diferentes. La primera, que se hizo posible con el desarrollo de la informática, consiste en calcular con gran precisión las órbitas de la Tierra y de la Luna, prediciendo así las posiciones exactas de sus sombras y registrando los momentos en que las sombras se proyectan sobre el otro astro. La segunda forma, que es la que se ha utilizado desde la época de los asirios y babilónicos hasta nuestros días, consiste en anotar las repeticiones cíclicas de estos fenómenos. El ciclo más notable con que se repiten es, sin lugar a dudas, el llamado ciclo saros. Un saros contiene 6 585,3 días (18 años, 10 u 11 días y unas 8 horas), y tras este período se repiten circunstancias orbitales casi idénticas, por lo que se produce un eclipse muy similar, aunque desplazado unos 140° al oeste (por las 8 horas de diferencia, que hacen que la Tierra haya girado 1/3 de revolución).

Eclipses en el Sistema Solar

Los eclipses son imposibles en Mercurio y Venus, debido a que carecen de satélites. Pero sí podemos observar como estos planetas
se interponen entre la Tierra y el Sol, lo que estrictamente se denomina tránsito astronómico.

En Marte, solo son posibles eclipses parciales, porque ninguna de sus lunas tiene el suficiente tamaño para cubrir el disco solar. Se han fotografiado eclipses parciales desde la superficie del planeta y desde vehículos orbitándolo. La visión de Marte desde la Tierra puede ser ocultada por la Luna de noche, lo que estrictamente se conoce como una ocultación.

Los gigantes gaseosos, que poseen muchas lunas, muestran frecuentemente eclipses. Los más destacados afectan a Júpiter, cuyas cuatro grandes lunas y su bajo eje de inclinación hacen los eclipses rutinarios.

Referencia: https://es.wikipedia.org/wiki/Eclipse


Luna Nueva

Luna nueva, también denominada "novilunio" o "interlunio", es una fase lunar que sucede cuando la Luna se encuentra situada exactamente entre la Tierra y el Sol, de manera que su hemisferio iluminado no puede ser visto desde nuestro planeta. Es decir se ve solo un halo iluminado.

"Luna nueva astronómica", también conocida como "Luna negra" o "Luna oscura", que es aquella posición en el espacio en el que el Sol, la Luna y la Tierra forman un ángulo de casi 180º, es decir, los tres astros celestes se encuentran en una aparente línea recta y mientras dura esta posición nos es imposible ver a la Luna desde la Tierra ya que ésta queda oculta por el resplandor del Sol. Es también que durante esta fase lunar (sólo cuando se dan ciertas condiciones muy específicas) se producen los eclipses de Sol, bien sea del tipo parciales, anulares o totales.

Esto no debe confundirse con lo que se conoce como "Luna nueva visible" o "Creciente de Luna", que no es más que la primera aparición de la Luna en el cielo después de haberse producido la Luna nueva astronómica. Aproximadamente entre 18 y 30 horas después de haberse producido la "Luna nueva astronómica", los tres astros cambian ligeramente de posición y ya no forman una línea recta (ángulo de 180º). Bajo esta nueva situación, la Luna comenzará a verse en el cielo vespertino como un pequeño rasgo en forma de cuerno o de diminuta guadaña, ubicado hacía el oeste y una vez ya ocultado el Sol, en el crepúsculo que aún queda, podremos observar la "Luna nueva visible" que, antiguamente, era la señal esperada usada por algunos de los pueblos semíticos (judíos, árabes) para dar comienzo al primer día de cada mes lunar.

Todos los meses la Luna, con respecto a la Tierra y el Sol, vuelve de nuevo a estar en la posición correspondiente a Luna nueva (Luna nueva astronómica), pero el ángulo en que se encuentran los tres astros en el espacio no siempre es (estrictamente hablando) un ángulo de 180º, o lo que es lo mismo, una línea completamente recta. De ser así, todos los meses se produciría, puntualmente y sin falta, un eclipse de Sol durante la luna nueva y 14 días después otro eclipse, esta vez de Luna, durante la Luna llena, cosa que evidentemente no sucede. Los eclipses son sumamente raros de ver debido a las condiciones específicas bajo las que se producen. Por lo general, lo que sucede casi siempre es que cada vez que se produce la fase de Luna nueva, el ángulo de alineación de los tres cuerpos celestes es ligeramente inclinado, o sea, el valor numérico del ángulo de alineamiento bordea muy cerca los 180º, mas no llega a ser exactamente justo este valor, con lo cual se deduce que unas oportunidades (teniendo como punto de vista el de un observador desde la Tierra) la Luna pasará unas veces frente al Sol estando por encima de éste y otras, pasará por debajo de él; pero para una persona en la Tierra, no se observará en el cielo absolutamente nada, ya que el paso de la Luna frente a la estrella, quedará oculto precisamente por el intenso resplandor de ésta. Los eclipses de Sol sólo se dan bajo ciertas condiciones específicas que por regla común no se producen con mucha regularidad.

En cada Luna nueva no necesariamente debe ocurrir siempre un eclipse de Sol; pero en todo eclipse de Sol siempre debe ocurrir una Luna nueva, antes y después del eclipse.



Crepúsculo

Se llama crepúsculo a cierto intervalo antes de la salida o después de la puesta del Sol, durante el cual el cielo se presenta iluminado. El crepúsculo se produce porque la luz del Sol ilumina las capas altas de la atmósfera. La luz se difunde en todas direcciones por las moléculas del aire, llega al observador e ilumina todo su entorno.
  • Crepúsculo matutino: ocurre antes de la salida del Sol y se llama también amanecer, aurora, alba, dilúculo, orto o lubricán.
  • Crepúsculo vespertino: ocurre tras la puesta del Sol, también llamada atardecer u ocaso.

Tipos de crepúsculo

Primer criterio del crepúsculo

Crepúsculo civil
  • Vespertino: desde la puesta del Sol hasta que su altura es -6° (6 grados por debajo del horizonte).
  • Matutino: desde que el Sol tiene una altura de -6° y la salida del astro.

Con el Sol a -6°, se ven con cierta facilidad las estrellas de primera magnitud y los planetas que pudieran estar sobre el horizonte. Típicamente, es el intervalo habitual en que, con el Sol bajo el horizonte, en las ciudades no se requiere iluminación artificial.

Crepúsculo náutico
  • Vespertino: desde la puesta del Sol hasta que su altura es -12°.
  • Matutino: desde que el Sol tiene una altura de -12° hasta la salida.

Con el Sol a -12° se pueden ver con cierta facilidad las estrellas náuticas de primera y segunda magnitud, y son fáciles de reconocer las principales constelaciones. La importancia de los astros para los marinos, radica en que en el pasado se usaban para determinar la posición de la embarcación, midiendo la altura de las estrellas con un sextante. Además cuando el Sol está a 12° por debajo del horizonte, es el límite aproximado de luz que permite ver la línea del horizonte marítimo.

Crepúsculo astronómico
  • Vespertino: desde la puesta del Sol hasta que su altura es -18°.
  • Matutino: desde que el Sol tiene una altura de -18° hasta la salida.

Con el Sol a -18° de altura, se pueden detectar a simple vista las estrellas de sexta magnitud. Se toma una altura aún inferior a los otros crepúsculos (-18°), para garantizar que la luz del Sol no interfiera con las observaciones astronómicas.

Segundo criterio del crepúsculo

En este caso el crepúsculo civil tiene al Sol con alturas comprendidas entre el horizonte y los -6°. En el crepúsculo náutico el Sol está entre los -6° y los -12°. Y en el crepúsculo astronómico, las alturas del Sol están entre los -12° y los -18°.

En el criterio 1, el crepúsculo astronómico abarca a los otros dos, y el crepúsculo náutico abarca al civil. En el criterio 2, los tres crepúsculos son intervalos de tiempo distintos. Hay bibliografía, fundamentalmente astronómica, que usa uno u otro criterio.

La duración del crepúsculo, cualquiera sea, depende del día del año y de la latitud del observador. Para un observador situado en el ecuador, la duración es casi la misma en todo el año. Si el observador se encuentra en un polo terrestre, el cálculo de la duración deberá tener en cuenta que el día y la noche duran 6 meses aproximadamente. Para latitudes intermedias, un valor típico de la duración del crepúsculo civil es de media hora.